COMO INFLUYE LA FATIGA PANDEMICA EN EL TRABAJO

22 de marzo de 2021

Para nadie es un secreto que la pandemia que está entre nosotros hace poco más de un año está marcando sus consecuencias en la sociedad en general y no escapan de ella las personas que han comenzado con teletrabajo, las que han seguido en sus puestos normales de trabajo o las que hacen un trabajo mixto.

En general se puede decir la fatiga ha de ser una respuesta normal e importante al esfuerzo físico, al estrés emocional, al aburrimiento o a la falta de sueño, estos son unos de los síntomas comunes y por lo regular no se debe a una enfermedad seria. Pero puede ser un signo de un trastorno físico o mental más grave a largo plazo. Tal es el caso que ya la salud mental vuelve a ser punto de discusión entre los gobiernos.

La declaración conjunta del consejo interterritorial del sistema nacional de salud admite que es lógico que, tras un año afrontando una situación imprevista que ha condicionado la vida de los ciudadanos, cambiado radicalmente las vidas de todos, la ciudadanía muestre signos de cansancio, un estado de ánimo que la propia Organización Mundial de la Salud ha definido como fatiga pandémica.

La crisis por la pandemia del coronavirus muestra sus efectos en la salud física y mental, además de en la economía de los ciudadanos. Algunos de los cambios en nuestras vidas: restricciones en la movilidad, nuevos hábitos por el empleo de mascarillas y geles, impactos en el mercado laboral y en la salud, pérdidas de seres queridos, entre otras formas afectan al ciudadano.

Las personas en los trabajaos han tenido que implantar nuevos protocolos, el distanciamiento social es uno de los más importantes, aquellos que han comenzado a trabajar desde casa saben lo que es ahora no estar en contacto con sus compañeros de trabajo, con el tener que acondicionar un espacio de trabajo en casa y lo complicado que puede ser separar la casa del trabajo estando tantas horas allí.

Este cóctel puede presentar un golpe importante en la salud mental, y derivar en lo que la OMS define como la fatiga pandémica o “la desmotivación para seguir las recomendaciones de protección y prevención que aumenta con el tiempo”.

Trabajadores manifiestan que es mucho tiempo de estrés, irritabilidad, tristeza, ansiedad o frustración por todo lo que sucede, síntomas que afectan al 60% de la población europea, según datos oficiales. La consecuencia de ello podría ser esta relajación o incluso pasividad en la toma de medidas preventivas, como la distancia de seguridad o el cumplimiento de las restricciones o uso de mascarillas. Una actitud que conviene revertir y que si no cambia, puede poner en riesgo al resto de la sociedad.

Creo que todos podemos coincidir en que echar la vista atrás provoca tristeza y mirar hacia delante genera incertidumbre. Cuando la pandemia ya ha colocado a la sociedad en ese punto, lo único que queda es centrarse “en el aquí y en el ahora” y apostar por el “autocuidado”, un arma que, según los psicólogos, puede aligerar el “peso” mental y reducir la llamada “fatiga pandémica”.

Los signos propios de la “Fatiga Pandémica” se pueden estar afectando a los trabajadores son:

  1. Estrés: Esta respuesta física y emocional es propia de situaciones donde sentimos una gran amenaza. Muchos trabajadores se lo pueden asociar al volumen laboral y puede que no sea así. A nivel físico: taquicardia, molestias físicas, cefaleas, contracturas, insomnio, aumento o pérdida de apetito, necesidad de tomar alimentos dulces, fatiga, cansancio, miedo, frustración o incluso tener la sensación de que vives en una “montaña rusa” emocional.
  2. Anhedonia: Este síntoma hace referencia a que no te apetece hacer ciertas actividades que antes te gustaban y con las que disfrutabas. Y si las haces, ya no disfrutas de ellas. En ocasiones personas que están teletrabajando manifiestan que ya no disfrutan del hogar de la misma manera que antes, aunque un gran porcentaje manifiesta que está mejor.
  3. Pérdida del sentido vital: Sentir que las cosas no tienen sentido, que la vida y el mundo han girado demasiado rápido y aún estás intentando adaptarte a todos los cambios que han llegado hasta ti. Esto es signo de que necesitas más tiempo para adaptarte a todos los cambios que has sufrido, algo totalmente normal, pero que si no se atiende a tiempo puede repercutir en la productividad.
  4. Angustia: Es una mezcla de ansiedad y tristeza. La angustia surge para señalizarte que hay cosas que no están funcionando bien en tu vida y por tanto debes adaptarte a las nuevas circunstancias haciendo algunos cambios en tu vida o en tu mente. Es la gran señal del cambio y de la necesidad de adaptarte a esta nueva situación, si se logra revertir puede ser de gran oportunidad para nuevos desempeño laborales.
  5. Reducción en la percepción de riesgo: Desde marzo del 2020 hemos pasado por diversas etapas de mayor o menor relajación en las normas de prevención de la pandemia. Hemos pasado de estar confinados y solo abriendo comercios de primera necesidad, a una mayor relajación de estas medidas en el verano, para regresar una vez más a las limitaciones y confinamientos en el otoño-invierno. Las cifras nos van diciendo que algo no anda bien, muchos hablan entonces de la perdida de sentido común. En los trabajos muchos manifiestan sentirse distanciados, agobiados y con miedos porque el contacto social puede ser peligroso, las personas más afectadas son las de alto riesgo. El hecho de no adaptarse al cambio dentro de una organización puede terminar incluso en despidos, complicando más la situación del empleado.

Acciones que se pueden llevar a cabo:

1. Reconoce y normaliza las emociones negativas sin afectar tu vida profesional

Sentirse desganado, asustado, triste o enfadado en un contexto como el actual en el que una situación indeseada se prolonga sin fecha de término, es normal. Lo importante aquí es reconocer esas emociones desagradables y normalizarlas para luego poder “gestionarlas”. Hay que aprovechar el trabajo como medio de adaptación.

2. Reconduce el pensamiento y huye de los “y si…”

Hay que honrar las ilusiones que antes podían parecer pequeñas. Si en estos momentos no es factible viajar y “recorrer mundo” quizá sí sea posible disfrutar de un largo paseo o darse un baño de espuma. Sobre todo para aquellos que están en casa siempre deben ser creativos para dentro del mismo hogar distinguir lo que es el trabajo, de lo que es el tiempo de disfrute en familia.

3. Piensa a corto plazo y trata de vivir “en el ahora”, valora tu empleo Valorar el empleo y ver que alrededor hay muchas personas que lo han perdido frete a la pandemia ayuda a mejorar la perspectiva y activar la gratitud.

Alguien dijo, por muy larga que sea la tormenta, el sol siempre vuelve a brillar entre las nubes….

 

Hasta aquí por ahora, si deseas más consejos, ejercicios prácticos, pequeños calendarios de actividades que te pueden ayudar a conseguir un bienestar integral, no dudes en contactar adafrancyscreartuexito.com

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